“Y la labor del hombre es sobrenaturalizar a la naturaleza, esto es: divinizarla humanizándola, hacerla humana, ayudarla a que se concientice, en fin. La razón, por su parte, mecaniza o materializa.” – Miguel de Unamuno
“No existe peor tragedia que saber lo que es correcto y no hacerlo.” - Martin Luther King
SER VEGANO
- en España -
La casualidad ha querido, como de costumbre, (como si la casualidad fuera un dios mitológico que planea encuentros sin que lo sepamos) que me enfrente a un problema que tenía desde hace tiempo barrido bajo la alfombra. Tal vez haya llegado el momento de plantarle cara, tomar acción. Tal vez sea el momento oportuno para poder tomar acción sin perder demasiado, y además ganar algo a cambio (egoísta que soy). La casualidad ha querido, de la mano de un documental, “What the health”, que retome un asunto que a menudo me ha resultado incomodo, y que, por no complicarme la vida, le he dado la espalda. He corrido un tupido velo para no verlo, con excusas tales como; son cosas de este mundo; yo no me lo he inventado; yo no soy responsable; mucho menos culpable. Pero no es así, puedes hacerte el loco, el sueco, el sordo y hasta el ciego, sobretodo el ciego cada vez que vas a la charcutería del supermercado y compras algo de carne. Está ahí, lo tienes de frente, y yo al menos, no pocas veces sacudía la mente como quien espanta una mosca impertinente para evitar malos pensamientos . Para entendernos bien, a modo de pregunta sería algo así ¿Cómo hemos ido a parar a un mundo que para alimentarnos los humanos tengamos que sacrificar animales? No tenía respuesta. Hay que matar para sobrevivir, dicen, y yo me lo creo. ¿Seguro?
“What the health (2016)” viene a ser el último documental que cierra la trilogía de los tres problemas principales acerca de cómo el consumo masivo de carne conlleva consecuencias nefastas para el planeta, y también para la salud de sus engreídos habitantes, los humanos. Los otros dos documentales son “Earthlings (2005)” y “Cowspiracy (2014)” El primero trata de enjuiciar nuestra ética frente al abuso de los animales. La falta de respeto ante el sufrimiento. Nuestra evidente crueldad para con ellos en las granjas y mataderos durante la cría y su posterior sacrificio. Todo por la pasta, el negocio. No lo he visto completo. Es muy duro y al fin y al cabo ya sé poco más o menos lo que acontece en los mataderos. El segundo documental nos advierte del desastre medioambiental que acarrea el mantenimiento del ganado. Puesto que cada vez somos más y cada vez se come más carne, injustificadamente, se necesita más ganado y esto no parece sostenible. Está constatado que su manutención contamina ya más que los gases emitidos por los coches. Increíble, pero cierto. La desforestación para cultivar alimento para el ganado, principalmente soja transgénica, está pelando el planeta de árboles, amén de la suciedad que el ciclo digestivo del ganado lleva. Y el tercer documental, tal vez más importante por lo que nos atañe directamente, es la repercusión en nuestra salud por comer carne y sus derivados. Algo que la OMS nos está informando tácitamente en los últimos años.
No creo que todo lo que los tres documentales muestran haga justicia con toda la verdad que uno exigiría. Sí es cierto que cuanto se muestra es verdad pero creo que hay otras verdades que no se muestran. En algunos aspectos sospecho que exageran, sobre todo con la comparativa en calidad de las carnes o el beneficio milagroso de las dietas basadas en plantas contra las enfermedades. El tema da para mucha discusión y yo tras analizar, procesar, asimilar, sopesar y contrastar los argumentos que el equipo de activistas veganos denuncian tengo que reconocer que razón no les falta.
Hemos llegado a un punto en que la sensibilidad está madurando hacia conceptos más clementes con el entorno planetario. Nuestra mentalidad va evolucionando a medida que progresamos en bienestar. Aprendemos a valorar el medio ambiente de una forma distinta a cómo ha sido apreciado por nuestros antepasados. Los tiempos no son los mismos, las necesidades tampoco. La justicia viene ahora acompañada de compasión, de empatía, de altruismo. Ahora, la pregunta que uno debe responderse a sí mismo es la siguiente ¿Si fueras Dios que cosas cambiarías del mundo para que fuese más perfecto? Porque la responsabilidad de cómo funciona el mundo no podemos dejarla caer en manos del azar, ni de poderosas fuerzas que nos vencen o supuestos dioses que callan, menos aún de los gobiernos. Si uno no toma partido en su propio beneficio entonces es cuando sí tenemos lo que merecemos. La ética es nuestra. El futuro de la humanidad también. La salud igualmente nuestra. No podemos quizá evitar una borrasca pero si protegernos de ella gracias a la meteorología. En algo vamos avanzando gracias al conocimiento, con lo cual, algo se puede hacer. Y de ahí, en el tema que nos toca, cabe otra pregunta más ¿Es necesario para vivir sacrificar las vidas de otros animales, cuando se ve y se siente que ellos sufren? Los tiempos no son los mismos y las necesidades tampoco.
Podrás esgrimir muchas excusas para continuar con tus hábitos pero en el fondo sabes que no haces bien. En un país como este, España, donde todavía se juega con la vida de los toros, donde el jamón se glorifica como el manjar por excelencia, donde no hay plato donde no caiga carne, poca cosa queda esperar en favor de un cambio próspero a mejores hábitos alimenticios. Tradición y estulticia siempre se interponen ante cualquier cambio progresivo. La pereza nos vence, nadie quiere esforzarse por cambiar. Otros países no lo tienen más fácil tampoco y si hablamos de culturas religiosas la cosa se pone más fea. Puedo entender que tras una arraigada forma de cocinar y degustar la comida durante tantos años, cueste dar un giro drástico. Puede no ser fácil pero se puede, y hoy en día es mucho más viable que antes.
La globalización ha querido que la variedad de frutas, legumbres, vegetales, hortalizas, semillas y especias sea tan abundante hoy en día como para no aburrirse uno cocinando durante meses. Seguramente quien me lea no habrá probado multitud de alimentos que se exponen hoy por los mercados. Hay miles de blogs y vídeos con recetas veganas en internet. La consabida frase quejica “¿y qué vamos a comer entonces?” ya no es válida. Lo que hace falta es curiosidad, saber un poco de nutrición y, aunque a algunos les sea más difícil, aprender a cocinar. Cocinar al fin y al cabo no es sino un juego de estrategia con los condimentos. Tiene una placentera recompensa si se hace bien y el cuerpo, si lo que comemos es sano, te lo agradecerá. Cocinar es una tarea lúdica. Reconozco que para quienes son esclavos del estrés laboral cocinar sea más bien una traba que no un juego pero si el movimiento vegano próspera se darán más facilidades para acceder a una mejor alimentación a la carta. Todo llegará, como de hecho han llegado las leches vegetales a suplantar a la leche de vaca.
Lo primero es planteárselo y poco a poco que cada cual tome sus iniciativas. Yo por mi parte, ya las he tomado. Mi primer paso es apartarme de toda carne procedente de mamíferos y sus derivados, los lácteos y embutidos. Me cuesta, pero reconozco que aún me mantengo en una zona de confort, puesto que seguiré con la pesca y los huevos camperos de momento. En cuanto a las aves, poco o casi nada van a morder mis dientes. A medida que me vaya familiarizando con las nuevas recetas, la carne irá a menos, y puede que llegue al punto en que desaparezca de mi vista. Soy de momento, si acaso es necesario etiquetarlo, flexitariano. Yo no quiero ser cómplice de este matadero asqueroso durante más tiempo, algo que me cuesta encajar en mis principios éticos.
Ser vegano lleva implícita, también, una protesta que va incluso más lejos de lo que parece. El sistema capitalista de entrada no lo acepta porque pone en la cuerda floja muchas corporaciones y empresas multimillonarias cruzadas, (entre ellas la farmacéutica) que durante los últimos decenios, mantienen la supremacía alimentaria y la sanidad obligándonos, con falacias publicitarias, a continuar con unas costumbres insalubres. Pero por algún lado hay que empezar a corregir estos errores, y lo que supone una crisis para un sector es una oportunidad creciente para otro. Es un problema de reconversión, igual que lo fueron otros problemas sociales.
Hay, además, en la actitud vegana una forma de contemplar el Mundo de una forma espiritual, (sí, digo bien) al contemplar su naturaleza por entero desde un punto de vista más humano, antromorfista. Lo cual nos obliga a considerar seriamente la presencia de todo y sus partes como vinculante a nuestro destino. De ahí la responsabilidad, el respeto, la admiración, y por supuesto, el amor con lo que habita aquí, ahí y más allá de nuestros límites.- AllendeAran
“La pregunta que debe hacerse el hombre no es: ¿Pueden los animales pensar? sino que debe ser: ¿Pueden los animales sufrir?” - Jeremy Bentham.
“Primero fue necesario civilizar al hombre en relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en relación con la naturaleza y los animales.” - Victor Hugo
“Para amarlo todo, para compadecerlo todo, humano y extrahumano, viviente y no viviente, es menester que lo sientas todo dentro de ti mismo, que lo personalices todo. Porque el amor personaliza todo cuanto ama, todo cuanto compadece.” – Miguel de Unamuno
"La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca." - Heinrich Heine
"Peligroso es despertar al león, mortal el colmillo del tigre, sin embargo el más terrible de los horrores es el hombre en su locura." - Friedrich Schiller
OTROS DOCUMENTALES DE INTERÉS:- "El Consumo de Carne y sus Consecuencias" Youtube (2013)- "Veganismo" Youtube (2016)Y PARA CONTRASTAR- "Clean Eating, The Dirty Truth" BBC Horizon (2017)- "The Truth About Healthy Eating" BBC One (2016)Por supuesto, mismamente en Youtube hay docenas de canales de cocina y opiniones sobre el tema. Algunos muy buenos. Que cada cual, si interesado, lo vaya descubriendo por su cuenta.LIBROS:- "El Estudio de China" T. Colin Campbell- "Comer Para No Morir" Michael Greger
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