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Teniendo en cuenta que el rock'n'roll, (o si se prefiere el pop-rock) es un movimiento urbanita, no es de esperar que hallemos muchas bandas o composiciones que estén inspiradas en la Naturaleza. Incluso dentro del movimiento hippie no es fácil encontrar temas de clara tendencia bucólica, por mucha reivindicación a la vida rural que se predicara. Sólo en los años del rock progresivo, (finales de los 60 y gran parte de los 70) las bandas se arriesgaron a meterse de lleno en la fantasía, siendo mucho más experimentales y creativos, y alcanzando límites musicales inusitados, apenas repetidos desde entonces. De entre aquellas creaciones complejas Mike Oldfield, a sus 22 años, elaboró una pieza sinfónica colmada de sonoridades acústicas y eléctricas, muy colorista, de aromas agrestes y visiones idílicas inspiradas posiblemente en las campiñas inglesas, verdes, húmedas y cristalinas. Con el tiempo se ha mantenido como una de sus mejores obras y a mi parecer, inexcusable no haberla degustado.