sábado, 27 de octubre de 2012

LOS SURMA
Parece ser que a esta tribu que vive por las selvas del sudoeste de Etiopía les encanta adornarse con flores y plantas. Lo hacen con frecuencia y lo hacen para expresar su estado de animo, expresión a la vez de su tácita admiración por la naturaleza y que además les sirve como medio de seducción. También se pintan la cara con pigmentos que extraen de minerales y plantas y abren en sus lóbulos enormes agujeros para implantar pendientes. Sus tocados pueden resultar estrafalarios pero no por ello dejan de ser divertidos y alegres. Esto es algo que nos recuerda al movimiento Hippie en los 60, si bien, que duda cabe, en los surma es más genuino por ser tradición más primitiva. La tribu vive principalmente del pastoreo de rebaños y cultivan cereales. Se calcula que son unos 45.000 y su idioma es el sumi. Justo es confensar que también tienen otras costumbres más duras de aceptar para los occidentales. Son bastante beligerantes y a veces tienen trifulcas violentas con otras tribus vecinas. Los hombres suelen apalearse con varas largas en competiciones en las que el ganador elige esposa, lo que ellos llaman Donga. De las vacas extraen sangre que beben. Todas las tribus y civilizaciones tienen dos caras, una que admiramos y otra que mejor ocultar por lo que ahora no vamos a buscar comparaciones a favor o en contra respecto a sus costumbres ya que nos conduciría a un laberinto sin salida. De momento nos quedamos con las sonrisas y los vistosos colores de esta juventud jugando con la belleza. Como muchas otras tribus minoritarias que merodean por el orbe están en peligro de extinción. 
Las fotos pertenecen a Eric Lafforgue y Hans Silvester







 



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