martes, 29 de septiembre de 2015

JOSEPH MALLORD
WILLIAM TURNER
EL COLOR DE LA ATMÓSFERA

No parece que William Turner gustara de dejar a la mirada de quien contempla sus cuadros una satisfacción clara, evidente, como si el vidente no tuviera algo más de su parte que exponer, algo que imaginar o preguntar. Porque a menudo, las escenas de sus cuadros tienden a comprometer a quien las observa, haciéndole sentir como la opresión de la atmósfera tortura con frecuencia la naturaleza y desde ahí hacerle despertar un sentimiento afín a los estados del alma.
En Turner todo es inmensidad, medida siempre por la atmósfera y coloreada por la luz. Las nieblas que velan sus paisajes promueven un magnetismo romántico que busca la disolución de la vista en la lejanía y el color. Nunca nadie antes tuvo la ocurrencia de pintar el aire con tanta originalidad. Bien pudo haberse inspirado o inducido por la densidad del aire que las polvaredas de la erupción del volcán Tambora en Indonesia, vinieron con el viento hasta Europa, allá por Abril del 1815.
Resulta osado que el pintor al rallar sus cuadros, a riesgo de estropear el dibujo, configurara una nueva forma de trasmitir emociones. Su estilo, de esta manera, se apresuró a abrir puertas a la modernidad. Fue necesario plasmar las emociones que la naturaleza a menudo genera no desde la evidencia del encuadre fijo, sino difuminando los objetos y personas, antes protagonistas, y devolver al aire su existencia como principal intermediario de la luz y el espacio. Pocas veces la escena que vemos es nítida, como un día luminoso nos la presentara ante la vista. Es la densidad del aire, a veces estática, a veces en movimiento lo que realmente importa. Panoramas tórridos, gélidos, ventosos o borrascosos. Luz y aire juegan a fraguar escenarios ampulosos, mágicos e insólitos. Escenarios velados por la niebla o rayados por cortinas de viento, humo o lluvia, que representan, a su modo de ver, los distintos temperamentos de la naturaleza salvaje y en el que a la vez se reflejan los distintos estados de animo del alma romántica.










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