viernes, 19 de octubre de 2012

GORLIZ  - ARMINTZA

Unos ocho kilómetros es el recorrido de este sendero que parte desde la playa de Gorliz hasta el pueblecito de Armintza. El caminito es angosto al principio, espeso de vegetación a los lados, sube, baja y serpentea hasta conducirte a las alturas de los acantilados desde donde la costa se observa recortada entre el cielo y el mar. Se llega a un viejo faro blanco que parece un cohete esperando el lanzamiento al espacio, así como restos de una fortaleza subterránea y un cañón que antaño sirvieron de defensa contra los barcos enemigos. Pasado el faro y todavía ganando altura, las lomas que forman el paisaje se extienden onduladas y amplias con algunas vacas paciendo y tramos de abundantes helechos y aliagar (florecillas amarillas). También hay algunos bosquecillos de encinas con troncos musgosos que invitan a penetrar y sentir adentro el silencio que parecen atesorar. Ya más adelante, y bajando hacia Armintza, abundan los árboles eucaliptos, que por momentos el aroma resulta embriagador. Una vez en el pueblo, visito el pequeño puerto que deja ver al otro lado del dique el mar embravecido que choca sus olas azules contra las rocas costeras levantado espuma abundante. Un paseo grato que espero repetir pronto, a ser posible con el cielo cargado de nubes altas y bien formadas para que las fotos me sepan más otoñales.











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