sábado, 25 de junio de 2016


Jürgen Habermas, en el impresionante marco de la iglesia de San Pablo en Fráncfort. "Lo más inquietante", dijo, "es la irreversibilidad de los sufrimientos del pasado —la injusticia infligida contra personas inocentes, que fueron maltratadas, degradadas y asesinadas— sin que el poder humano pueda repararlo. Y añadió:La esperanza perdida de resurrección se siente a menudo como un gran vacío.

Extracto de un párrafo de un ensayo titulado “¿Vivir sin ética, vivir sin religión?” que Manuel Fraijó escribió en El País el 8 de Febrero de 2014. Quisiera a raíz de ese ensayo desarrollar un rato más el tema que se expone acerca de la ética y la religión, de sus similitudes y sus diferencias.

CÓMO  EL CIELO LO HARÍA POSIBLE NADIE LO SABE

Puede, en verdad, el dolor convertirse en lo más dramático de la vida por su condición de haber pertenecido al tiempo. Es decir, se queda atrapado en el recuerdo y puede volver una y otra vez a insinuarse amenazante en el pensamiento. Imaginarnos fuera de las garras del tiempo resulta imposible, tan imposible como imaginarnos fuera o distintos de lo que somos en vida. Vida y dolor van unidos. El dolor viene por lo tanto a ser un hecho irreversible del que no podemos ser indemnizados, (cómo el Cielo lo haría posible nadie lo sabe) Se convierte de esta forma en una cicatriz indeleble. Como se dice en inglés, “forgiven but not forgotten” se perdona pero no se olvida. De esta manera, esa cicatriz parece pesar sempiternamente tanto aquí como en el más allá. Tal vez sea este hecho el que de veras trae a colación el auténtico sentido de la religión, de donde se yerguen dos pilares fundamentales la Fe y la Bondad sobre los que se apoya un dintel, la Salvación (el Cielo).
Antes de seguir leyendo quiero subrayar algo, es una condición que todos debemos entender ya de una vez por todas; la religión no es una ciencia y por lo tanto no da una respuestas categóricas. De su efectividad y convicción dependen factores personales. ¿Por qué creer entonces en ella? bien ¿Por qué no creer? ¿Acaso el hecho de no poder objetivar o concretizar una idea en una fórmula física significa que carezca de valor, que es errónea o inútil? Así, dado este caso, se nos dejaría en bandeja de plata la palabra Esperanza escrita en un sobre cerrado, que tarde o temprano debemos abrir para leer si hay o no respuesta a nuestras tribulaciones. Entiendo que no es tan fácil el que nos abandonemos a la incertidumbre de lo que al final de nuestras vidas pueda juzgarse, pero por desgracia no nos queda otra.
La Esperanza viene precedida por la idea de Salvación. Esto es connatural a todo ser vivo. Quien diga que no tiene interés por sobrevivir más allá de la muerte, miente. Se puede tener una actitud negativa o derrotera por falta de respuestas firmes pero nunca negar las ganas de vivir. Quien no quiera vivir es porque sufre y en el fondo lo que se desea es vivir mejor. La fe entraría aquí como una fuerza que nos ayuda a continuar esperanzados, pero entiendo que la fe por sí sola no vale para muchos.
Sin embargo, hay razones de peso para creer y/o mantener las esperanzas por lo que el más allá nos pueda presentar. Tenemos la metafísica, que sería una especie de religión inferida, ponderada, que da impulso a creer que ciertos fenómenos de la naturaleza y la mente juegan a nuestro favor. Algo nos queda aunque siga escondido en lo misterioso, en lo que hasta hoy sigue siendo impenetrable. Podemos entrever en el azar una fuerza teleológica que busca un estado diferente de las cosas, un progresivo perfeccionamiento. Podemos creer en un universo que esconde energías aún por descubrir y que cambiarán el rumbo de los acontecimientos que ahora creemos invariables. Y podemos creer también en nosotros mismos, que traídos hasta aquí por los mismos acontecimientos de la salvaje y caótica naturaleza poseemos una inteligencia distintiva y única en la historia de lo hasta ahora conocido. Aquí es donde se revelaría la Ética.
Si la Ética (Bondad) descansa en la voluntad es para que, con libertad e inteligencia, pueda ser utilizada. Sólo ella nos puede conducir por un camino de mutuo afecto y entendimiento entre humanos, animales y la vida entera que se despliega por este planeta. Con el tiempo podríamos ir más allá de donde nos anclamos gravitacionalmente y con el tiempo llegar hasta donde no podemos ni imaginar. Esto es religión, quieran o no entenderlo. Eso sí, es necesario que nos pongamos de acuerdo en las directrices a seguir, que vienen marcadas por consabidas, pero tantas veces pisoteadas o mal interpretadas, reglas que nos son afines a todas las razas del mundo. Sabemos de qué va el Amor, la Empatía, el Respeto, la Generosidad. Son valores que nos ayudan a prosperar individualmente pero que involucran forzosamente a la sociedad, que exigen mucha responsabilidad y librarse de prejuicios y egoísmos ¿Y por qué esto no se acaba de comprender? Pues porque aún no se entiende que esto es Religión. Si no se tiene sentido de lo que es la Religión no se tiene sentido de lo que es la Salvación y viceversa.
También la Ciencia tiene mucho que decir al respecto. Su preponderante papel hoy en día no hace sino servir a dos causas que implican a la religión, aunque sea tácitamente. Por un lado la ciencia expone lo que hay, y dada la envergadura de lo mucho que se exhibe, no parece sino situarnos ante una perspectiva divina. Los hay que no lo ven de esta manera porque su carácter irracional no deja clara evidencia de jugar a nuestro favor, si bien el principio antrópico diría lo contrario. Por otro lado, está en nuestra sabiduría, de la que tanto debemos a la naturaleza, el poder de extraer lo que nos conviene para nuestra Salvación, como así está sucediendo desde tiempos inmemoriales, desde que se empezó a dominar el fuego hasta el control de las energías nucleares. Claro que aquí apelamos nuevamente a la Ética si queremos continuar con éxito la labor de seguir con vida más allá de lo sentenciado por nuestro ADN.
Por todo esto y mucho más la religión se convierte en una doctrina que engloba a otras esferas de la sabiduría. Pero ha de ser, como el resto de los sistemas, una doctrina abierta por adaptarse a nuevos enfoques que van emergiendo del trato que mantenemos con la naturaleza. Puesto que eso que llamamos Dios es un ente libre del que si no lo sabemos todo, (como de hecho no lo sabemos) estamos obligados a liberarnos de dogmas ciegos y abrirnos a cualquier apertura de caminos que puedan guiarnos a un mejor y mayor conocimiento.

No tenemos una respuesta que justifique el dolor. Si la tuviésemos ni el dolor ni la vida serian lo mismo. Más aún, seguramente una respuesta convincente a esta maldición y desdicha que padecemos sería la panacea celestial, y que algunos así lo intuyen como la esencia de la religión. (Cómo el Cielo lo haría posible nadie lo sabe) Sufrir no es una opción, sino quizás la fuerza que nos empuje hacia algo todavía incognoscible pero divino. No hay peor aflicción que la de quedarnos sin una chispa de esperanza mientras haya espacio en la inteligencia para pensar. Los sueños nos acompañan a todas partes. Sigamos al menos creyendo. ¿Qué otro santo remedio nos queda?  - AllendeAran


"La religión no es un experimento sino una experiencia de vida, a través de la cual se forma parte de la aventura cósmica" - Raimon Panikkar
"Los hombres están acostumbrados a considerar el ser como algo carente por completo de voluntad, como una especie de añadido a la esencia. Pero si prestaran atención a la existencia interior, encontrarían lo contrario y, por ejemplo, observarían que sin la participación de su propio yo las mejore predisposiciones que pueda haber en ellos no pueden llegar a la realidad" - F. Schelling


"Hacer de la muerte vida, no es algo tan mágico
Pocos son los que están muertos del todo
Sopla sobre las brasas de un hombre muerto
Y un viva llama prenderá" - Robert Graves

"Si ustedes quieren, pueden ponerle el nombre de Dios a este propósito trascendente. Si es Dios, es un dios sociniano*, inherente al universo y creciendo junto con él en poder y conocimiento. Nuestras mentes son no sólo expresiones de su propósito sino también contribuciones para crecimiento." - Freeman Dyson

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