jueves, 29 de octubre de 2015

VHEMT
Movimiento Voluntario por el Exterminio 
del ser Humano en la Tierra

Hace unos meses descubrí, ya no recuerdo cómo, VHEMT, el Movimiento Voluntario por la Extinción del ser Humano. Sin apenas atender a las intenciones del movimiento, ya por el significado de las siglas, supuse de qué se trataba, ya que por mi cabeza había pasado una idea parecida; la de exterminar de forma gradual la raza humana. Sin embargo las ideas del moviendo VHEMT son un tanto distintas a como yo las supuse. Son de más índole ecológico que humanas, es decir, que aunque ven al ser humano como culpable del deterioro ambiental en la tierra no persigue la total extinción del ser humano sino reducir en gran número su población, para que, los pocos que queden puedan rejuvenecer el mundo. De esta manera volveríamos a disfrutar de una vida más idílica y paradisíaca y con ello poner a salvo la Tierra de su destrucción. 
Esta idea de poner en marcha la extinción del ser humano vino a cargo del norteamericano Les U. Knight allá por 1991. A la edad de 25 años decidió hacerse la vasectomía y publicar un boletín informativo fomentando la no procreación. La organización no registra nombres de sus miembros que al parecer no son más de 300 pero simpatizantes por la causa se calculan en millones, según Les Knight. Su principal argumento para el cese de la reproducción humana es que ésta no es sostenible con el planeta y es autocomplaciente, sin tener consideraciones con el desgaste ecológico, ni compasión por la vida de otras especies. No es que Les Knight esté a favor de la total extinción humana sino de reducir la masividad a la que hemos llegado.

Yo, sin embargo, iría más lejos con las intenciones del exterminio de la humanidad. En ocasiones he pensado en un suicidio progresivo, pactado por cuantos convencidos estén de que la raza humana es una calamidad en la tierra, una desgracia sin remedio. De alguna manera hay que liberar del sufrimiento a futuras generaciones, romper con la cadena de perpetuar una raza condenada siglo tras siglo a no entenderse, que origina continuas guerras y conduce la tierra a un terrible deterioro que involucra a todas las especies. En fin, que la tierra no merece semejante espécimen. Hay que terminar con la desdicha que el hombre siembra constantemente sobre el suelo que pisa. Claro que, pensaran algunos, el camino más corto para tan tremendo propósito sería la del suicidio personal. Pero no es lo mismo.

Imagínense, para entenderlo mejor. Imaginen que cada persona que deambula por el mundo es un planeta. Ahora imaginen un virus que invade uno de esos cuerpos, y se alimenta y reproduce en el cuerpo de manera maligna, ocasionando una enfermedad degenerativa que al final acaba con ese planeta-humano. El virus desaparecería a medida que el cuerpo, ya cadáver, se descompone. Lo mismo nos va a pasar, que despareceremos a medida que la Tierra enferma. A no ser que, si hacemos buen uso de nuestra imaginación, esfuerzo y entendimiento sepamos contener nuestro carácter ruin, beligerante y avaricioso, y ver que el planeta en el que habitamos es nuestra casa, un ser vivo que funciona igual que cualquier cuerpo humano que alberga virus, bacterias o parásitos.

Más que detractores de la idea de Knight, lo que no tiene es un firme apoyo, es decir, que no resulta fácil deshacerse del plan familiar reproductivo al que hemos sido educados desde hace siglos. Las religiones bien asentadas así lo continúan fomentando. Que unos estén convencidos hasta afiliarse al movimiento voluntariamente y otros se mofen tachando el propósito de majadería no es de sorprender. El mismo ser humano se ha proyectado en la historia como algo superlativo, genial, milagroso, pero a la vez el ejemplo que deja tras de sí es vergonzoso. De tantas virtudes presume como cientos de ejemplos le deshonran. Una vez más se ha de confesar ante sí mismo, tomar conciencia y preguntarse ¿Continúo o me planto?  
Tal vez lo más llamativo de todo este movimiento, si se piensa bien, es hasta que punto de horror y vergüenza hemos llegado con nuestra propio raza. El hecho de que nuestra conciencia y raciocinio no pueda poner orden en el entorno demuestra lo poco que valemos. El hecho de que aún viendo los resultados nefastos de nuestro proceder no sepamos encontrar una salida feliz, justa. Que sigamos ciegos, indiferentes a todo como si no fuera con nosotros. La falta de querer ayudar, de ser considerados con un organismo, este planeta, que funciona en colectividad con el resto. La mala educación, la insensibilidad, la poca responsabilidad que cada uno quiere aportar. Que la generosidad, la igualdad y la pluralidad no pueda ser entendida por muchos. En fin, parecería fácil reconsiderar todos estos factores y actuar, pero no hay manera. El miedo y el egoísmo a perder un ápice de nuestra felicidad nos paraliza. Deberíamos trabajar seriamente en ello, en limpiar esta tierra contaminada de sangre y humo, pero no hay entusiasmo, no hay fe, no hay esperanza, sólo hartazgo, odio, vanidad y pereza. ¿No tenemos entonces lo que merecemos?   - AllendeAran

"Sabes cuantas veces te has dicho a ti mismo que tienes elección, pero ¿la tienes realmente? Sólo porque haya alternativas no significa que ellas sean aplicables"  - Rick Yancey, The 5th Wave

Algunos hombres observan el mundo y se preguntan "¿Por qué?". Otros observan el mundo y se preguntan "¿Por qué no?"  - George Bernard Shaw
"En el día del fin del mundo, nadie va a estar ahí, como no había nadie ahí cuando comenzó"  - Jean Braudillard

"¡Ojalá se incendiara la bóveda celeste y sus llamas se inclinaran hasta lamer el cráneo de los hombres! ¡Nada de quietud del firmamento, ni de encantamientos serenos, ni de mansas sonrisas a la luz de la luna! ¡Sino el temporal de los astros enloquecidos injertado en la violentas fiebres del pensamiento!"  - E. M. Cioran

"Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad."   - A. Shopenhauer.
"Grita la gente por la condición melancólica y desconsolada de mi filosofía. Pero eso se debe meramente a que yo, en vez de fabular un infierno futuro, como equivalente de los pecados de la gente, he mostrado que ya hay algo de infernal allí donde está el pecado: en el mundo."  - A. Shopenhauer.

"La efervescencia de los corazones ha provocado desastres que ningún demonio se hubiera atrevido a concebir [...] Aquellos que creen en su verdad dejan tras de sí el suelo sembrado de cadáveres."  - E. M. Cioran
"¿Por qué sublevarnos aún contra la simetría de este mundo cuando el mismo Caos no podría ser más que un sistema de desórdenes? Pues nuestro destino es pudrirnos con los continentes y las estrellas, pasearemos, como enfermos resignados y hasta el final de las edades, la curiosidad por un desenlace previsto, espantoso y vano. "  - E. M. Cioran
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