lunes, 30 de enero de 2012

 (1632 - 1677)
Tal vez para entender mejor el mundo exterior y más concretamente la Naturaleza sea inevitable entablar juego con las ideas, preguntarse y buscar respuestas positivas que aporten relieve y valor a nuestra existencia. No es cosa fácil. Peor aún cuando Dios, o la idea de Dios, la tomamos en balde y eso nos circunscribe a no ver más allá de lo establecido, o dicho más claro, más allá de nuestras narices. Baruch Spinoza fue uno de los grandes pensadores que se atrevió a cuestionar la deficiente idea que tenemos del Creador, que atrincherada en lo desconocido e inalcanzable, no parecía satisfacer la mente racional del filósofo. A tanto se arriesgó el pobre hombre que fue excomulgado y expulsado de los círculos religiosos judíos. Para ganarse la vida se dedicó a pulir lentes y al respirar de continuo el polvillo de cristal agravaría una enfermedad pulmonar que le llevaría a la muerte a la edad de 44 años. Sus vida fue sobria, un tanto solitaria y frágil, pero según dicen, alegre y siempre atento al espectáculo del mundo. Su aporte al pensamiento humanista, el que tantos problemas le trajo, no fue otro que el de identificar la imagen de Dios con la misma Naturaleza o el Universo. Dios es lo que vemos, sentimos con lo que nuestros sentidos permiten. Está ahí, aquí, es palpable y respirable, es lo que llamamos la realidad. No se trata de algo que esté fuera de las esferas celestiales. Es por eso que científicos y físicos le han visto como uno de los filósofos más convincentes, en especial Einstein. La razón por la que dentro de la perfección divina de Dios (Naturaleza) veamos defectos, errores (según nuestro criterio humano) es porque las leyes son como son y no otras, (de ser lo contrario, Dios no seria perfecto) y porque las leyes de la Naturaleza no están ahí para nuestra sola existencia sino para un todo en sí infinito. Si esto puede o no convencer que cada cual lo reflexione a gusto, o se lea su Ética escrita en orden geométrico, con proposiciones, axiomas, corolarios, demostraciones y demás.

"Cualquier cosa que sea contraria a la naturaleza lo es también a la razón, y cualquier cosa que sea contraria a la razón es absurda."
"La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre."
"Nada sucede en la naturaleza que pueda ser calificada de defectuoso. porque la naturaleza es siempre la misma y única en todas partes, y su habilidad y poder de acción, es decir, las leyes y normas por las cuales todas las cosas están hechas y cambian de una a otra forma son en todas partes y siempre las mismas"
"La naturaleza no tiene fijados fines, y todas las finalidades son simples invenciones del hombre"
"Si Dios busca un fin, entonces desea algo que le falta"
"Refugiarse en la voluntad de Dios es el asilo de la ignorancia"
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