jueves, 19 de julio de 2012

LA FÍSICA DEL TAO
La física y la mística son dos campos de conocimiento antagónicos.  No sólo sus procedimientos para entender el mundo y la vida parten de elementos y conceptos categóricamente diferentes, sino que ambos creen, (creen, subrayo) apuntar a metas distintas, pero hay veces que se entrecruzan y ambas se enredan, y sin que por ello abandonen sus premisas. La ciencia establece mediante la experimentación nuevos conocimientos, describe y responde a nuestra curiosidad por los fenómenos que se suceden en derredor. De ello, en ocasiones, sacamos partido en beneficio nuestro, pero es, de todos modos, un proceder circunscrito únicamente a lo que se puede experimentar, a lo que nuestros sentidos pueden juzgar directamente, es decir, a la materia. El misticismo en cambio busca mediante la interiorización, la meditación, el sentimiento y la reflexión dar un significado, un valor especial a nuestra condición de ser, aquí y ahora. Busca la felicidad en toda su infinita medida, y procura no doblegarse ante las leyes que la materia impone, sobretodo cuando estas nos llevan por un camino contrario a nuestro instinto de supervivencia (esa busca inmanente de la eternidad).
Fritjof Capra es un físico austriaco, doctorado en física cuántica teórica, que conociendo ampliamente las filosofías orientales, percibió en ambos campos un paralelismo que iba más allá de la mera casualidad y que convenía analizar, comparar y sacar conclusiones para mejor entender nuestro lugar en el universo. De ahí surgió en 1975 el libro "La Física del Tao"  en el que explicaba cómo las filosofías orientales tenían mucho en común con los descubrimientos recientes en física cuántica. El libro se convirtió en un best-seller, con constantes ediciones y traducido a más de 25 idiomas. Puso así, en marcha, un nuevo género literario que sigue en boga y parece expandirse.
Tanto la ciencia de hoy como el misticismo más añejo parecen coincidir en una misma doctrina: Estamos ante un todo íntimamente interconectado, un flujo constante de energía, donde la mente y la materia parecen depender una de la otra como las dos caras de una misma moneda.
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"El espíritu es el aliento de vida. Nuestros momentos espirituales son los momentos en los que nos sentimos más vivos. En esos momentos estamos también totalmente conscientes de nuestro entorno y tenemos la sensación profunda de pertenecer al Todo"

"La conciencia de la unidad e interrelación mutua de todas las cosas y acontecimientos, la experiencia de todos los fenómenos como manifestaciones de una unidad básica es también la característica más común de la visión oriental del mundo."

"La comprensión de la conciencia de uno mismo y de su relación con resto del universo es el punto de partida de toda la experiencia mística"


"Los físicos han visto que todas sus teorías sobre lo fenómenos naturales, incluyendo las leyes que los describen, son creaciones de la mente humana; propiedades de nuestro mapa conceptual de la realidad, más que una realidad en sí misma"

"La felicidad humana, según los taoístas, se logra cuando los hombres siguen el orden natural, obrando espontáneamente y confiando en su conocimiento intuitivo"

"La visión general que surge del hinduismo es la de un cosmos orgánico, creciente y con un movimiento rítmico, la de un universo dentro del cual todo es fluido y siempre cambiante, en el que todas las formas estáticas son maya, es decir, existen tan sólo como conceptos ilusorios."


"A este mundo de cambios incesantes los budistas lo llamaron samsara, que literalmente significa en movimiento incesante, y afirman que no existe nada en él a lo que merezca la pena apegarse. Así, para los budistas, un ser iluminado es el que no se resiste al flujo de la vida, sino que continua moviéndose con él. Cando le peguntaron al monje Ch'an Yün-men "¿Qué es el Tao?", éste respondió sencillamente: "¡Sigue caminando!". "

 
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