viernes, 6 de diciembre de 2013

PETER HIGGS
LA PARTÍCULA DE DIOS
Y SU PASTELERA MADRE

"Si buscas a Dios debajo las piedras
lo encontrarás en forma de lombriz"
AllendeAran

Hace unas semanas el dominical del Correo publicó una entrevista al científico teórico Peter Higgs, (ganador del premio Nobel de Física 2013, compartido con el belga François Englert) en la que se hablaba del largo camino, y larga espera, hasta que una teoría se confirma y da la razón a quien en un principio la enunció. Durante la entrevista, como no, salió a colación la palabra Dios, entre otras cosas porque la idea de llamar a la partícula, un bosón, "la partícula de Dios" no gustó mucho al mismísimo Higgs que prefería haberla llamado "la partícula divina", pero al final se impuso el termino que Leon Max Lederman acuñó, (y que además acaba de publicar otro libro titulado "Más allá de la partícula de Dios") Ya Higgs comenta en la entrevista que cuando se mezcla religión y física el resultado es pésima física y también pésima teología. Y así es.
Es común entre científicos responder con un escueto "No" cuando se les pregunta si creen en Dios. Entiendo que las ideas edificadas por las grandes religiones acerca de Dios se hayan quedado obsoletas, cuando no infantiles, para la comunidad científica, pero el significado de lo que Dios es o pueda ser es un tema muy espinoso que mejor no tomar tan a la ligera. Te puedes pinchar. Porque me parece chistoso que no se crea en Dios pero que sí se crea en diez dimensiones, (con lo agotador que resulta para la imaginación entender semejante escenario) o que sí se crea en extrañas singularidades en el centro de los agujeros negros, en universos paralelos, en infinitas burbujas multi-versos, en filamentos que vibran según qué energía en longitudes espaciales tan diminutas que parecería caber el vasto universo conocido y mucho más. Claro que, con las cartas encima de la mesa, (sus matemáticas), parece que nada pudiéramos objetar. Sin embargo, es como si hubiésemos llegado a un punto en el que algo huye, se escabulle, se esfuma del conocimiento cuanto más y más queremos saber, como si alguien se estuviera riendo a nuestras espaldas de las pretenciosas intenciones de saberlo todo, que nada tengo en contra, pero que yo no deseo alcanzar de manera apodíctica, finalista, ya no más, se acabó, esto es Dios, Amén.
Como la ciencia continúe por ese camino tan materialista siempre nos vamos a encontrar fríos y horrorizados ante la extravagancia de sus revelaciones. Comprendo que es lo suyo, la materia o la energía, lo que se puede constatar, pero no todo empieza y acaba ahí. En lo que aún queda por saber, que se dilata a pasos gigantescos, cabe la especulación, la imaginación, la magia, la esperanza, cabe Dios. Pienso, por ejemplo, que para mí el Big Bang no comenzó hace unos 13,798 miles de millones de años sino el día en que yo curioso abrí un libro para satisfacer una pregunta que me surgió acerca del pasado del mundo en el que vivo. La faz de Dios la vamos descubriendo poco a poco, pero siempre parece ser más grande ahí donde no se le ve. En un universo de infinitas variedades hay consecuentemente infinitas respuestas. Demos al César lo que es del César.
¿DE QUE ESTÁ HECHO EL BOSÓN DE HIGGS? 
Ver Imagen con Lupa


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