viernes, 26 de septiembre de 2014

GOIKOGANA
Llodio - Laudio 
Esto no es lo que debería haber sido. Esta entrada debería llevar otro título. Kamaraka. Qué es otro pico de este macizo del Ganekogorta. Nuestra intención era llegar ahí pero la falta de información nos jugó una mala pasada. Sin importancia. Creíamos que el Kamaraka era el pico más cercano a Llodio, eso es todo. Y bordeamos el Goikogane sin enterarnos y avanzamos por la cumbre a otros picos cercanos hasta que desistimos de avanzar y volvimos al pico que desde la distancia se veía marcado para descubrir que era el Goikogane. El mismo que subí en junio pero que al subir del otro lado, desde Arrankudiaga, no reconocí, hasta que a poco de alcanzar la cumbre, me di cuenta. No importa. Volveremos seguramente.
El día fue estupendo. Mi compañero Iker resultó resistente, observador y ameno para conversar. El camino mucho más bello que desde el otro lado, el que tomé en junio. La luz del día un tanto turbia pero tuvimos buena temperatura y poco viento. A la bajada al pueblo visitamos el parque Lamuza que está abandonado, deteriorado. Una pena que el ayuntamiento no invierta en arreglar un paseo tan agradable. Pero ya sabemos que si no hay negocio de por medio nadie quiere saber nada. Seguro que si lo convierten en un restaurante prometedor se pone manos en el asunto. Qué le vamos a hacer. En fin, tuvimos un día redondo, que se dice. Y estas fotos así lo justifican.









Creo que nos quedamos a unos pocos pasos. No importa. Volveremos.
 Lamuza en ruinas. Who cares?
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lunes, 22 de septiembre de 2014

«La verdad conocida y la certeza suprimen por naturaleza la libertad de imaginar.» -Giacomo Leopardi
Alfred de Bréanski
Snr & Jr
Gran familia de pintores paisajistas, los Bréanski, entre los que destacaron el padre Alfred Snr, y el hijo Alfred Jr. Amantes ambos de las tierras de Escocia y Gales nos han dejado esta herencia de cuadros maravillosos donde el paisaje se descubre amplio, lúcido, seductor y donde se adivina que el tiempo tiene un significado distinto del que vivimos hoy en día. Aquí uno viviría satisfecho con todo cuanto cabe en un momento dado si la escenografía se muestra tan serena y placentera como en estos cuadros. Qué difícil poder encontrar rincones tan perfectos para descansar un rato. Qué lejos está todo. Qué perdidos estamos.
El padre nació en Londres en 1852, se casó con Annie Roberts, pintora también, con quien tuvo siete hijos, de los cuales dos de ellos, Alfred y Arthur se convirtieron en pintores. Alfred padre vivió hasta el 1928. Aquí os dejo una colección selecta del padre y el hijo mezcladas, total, de tal palo tan astilla.








«¿Que buscamos bellezas eternas e inmutables? Cualquier cosa que no cambie, que dure siempre, no es para la poesía: esta quiere cosas caducas.» -Giacomo Leopardi

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lunes, 15 de septiembre de 2014

September Fifteenth
PAT METHENY & LYLE MAYS
Ahora que el verano llega a su fin, palideciendo las tardes de una luz rubia que recuerda a las páginas de un libro viejo, me acuerdo de lo poco que mis pies han pisado la arena de las playas. A medida que se cumplen años, las estaciones se encienden y apagan más rápidamente. Ya no le pido nada al verano. Cuando llega no me sorprende. Es igual que un bostezo para mí. Puede que te haya visto nadando entre las olas de un mar quebradizo, espumoso y excitante. Pero fue tan fugaz que me parece un sueño. Si estás aún en algún lugar, como sospecho que sí, ya no importa. La vida nos coloca es sitios diferentes. El tiempo nos separa. Mentiría si digo que nada busco al mirar las nubes ambarinas que el viento deforma. Es más, mucho pregunto al céfiro de poniente y nunca respuesta alguna me devuelve. A pesar de ello, no estoy solo, me queda la esperanza. Y eso, para bien o para mal, me invita a seguir soñando.  -AllendeAran


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viernes, 12 de septiembre de 2014

"Históricamente siempre hemos tomado el camino más fácil y cómodo para progresar, el camino que va cuesta abajo" -AllendeAran

LOS TIEMPOS MODERNOS
Y EL DESAMPARO METAFÍSICO

Dudo mucho que vivamos en el mejor de los mundos posibles, como algunos han querido interpretar esta tumultuosa vida nuestra. La conclusión más parece venida por la resignación a no poder entender nuestro presente o por una incapacidad de mejorar los problemas que nos aquejan durante tantos siglos. En este mismo mundo hay otros muchos mundos, y unos son mejores que otros. Tomemos por ejemplo a los países (mundos en miniatura). No es lo mismo vivir en Nigeria que en Noruega, o vivir en Australia que en el Congo. Si la felicidad está en uno mismo, (en cómo se administra uno la existencia y su correspondiente idealismo o pesimismo) como algunos quieren hacernos entender, yo quiero creer que mucha culpa y responsabilidad acerca de la felicidad la tienen los sistemas políticos de que en los que a uno le toca vivir.
Ya que los individuos forman sociedades y éstas a su vez forman individuos, habrá que cerciorarse de que unos no maleen las sociedades para que éstas a su vez no maleen a los individuos. Es un círculo vicioso pero por algún lado habrá que cortar y volver a empezar. Por algún lado habrá que insuflar un sistema, creencia o idealismo que nos permita avanzar con fe por un camino donde la libertad invita al ser a ser como ente humanista. De esto no podemos olvidarnos nunca. La metafísica tendría mucho que decir al respecto como camino que se abre hacia el progreso pero por desgracia no dibuja su final claro, si acaso lo tiene (y que yo creo que no deba tenerlo) lo cual perjudica a la hora de hacerse creíble para los gustosos de las fórmulas.
Hemos llegado a un punto en las sociedades industrializadas, en que su tecnología nos lleva por el camino más fácil y cómodo, el camino que va cuesta abajo. No son pocos quienes se han percatado de ello pero volver a dar la vuelta y subir hacia arriba no convence a casi nadie, porque nadie quiere sacrificar en el camino aquello en lo que ha confiado durante tanto tiempo. Habría que convencer a la mayoría de que un nuevo paso y hacia otro sendero deben de darse. ¿Pero cómo? Si la mayoría no gusta de pensar, y si la sensibilidad está tranquila pero ofuscada por eventos vulgares (tenemos el gusto perdido), mal lo tenemos. Quizá haya que esperar a que los errores sigan inflándose hasta reventar, o sean tan amenazantes como irreversibles, o alcancen el límite de lo grotesco dejando en evidencia nuestra inutilidad, nuestra tontería, nuestra tozudez.

¿Cuál es mi propuesta? Sería tan fácil como entender la diferencia entre un piso y una casa, un garaje y un jardín, una farola y un árbol, una carretera y un sendero, una vista amurallada por rascacielos y una panorámica abierta al horizonte. Pero comprendo que muchos nos están preparados para entenderlo. Algo se ha estado haciendo mal desde el principio y sospecho que se trata del afán de lucro que la raza humana profesa para sí misma. Que éste afán debería haber sido directamente proporcional al cuidado y atención que la Naturaleza demanda. Porque por muy libre, errática y confusa que Ella se manifieste, también tiene sus necesidades. 
El mundo que nos circunda no está ahí para que quede doblegado a nuestra dictadura, sin contemplaciones, sin respeto, sin empatía. Nos lo llevamos todo por delante sin pagar, pero con el tiempo una factura bien cara vendrá a castigar severamente nuestra ofensa por desatender las necesidades externas. De alguna forma habrá que remunerar a la Naturaleza y creo que aquí una metafísica espiritual tendría un protagonismo crucial. Porque sólo con el espíritu sabemos entendernos bien con la Naturaleza. Ante Ella lo que de veras y unicamente se deleita al contemplar su presencia, su existir enigmático, es la parte inefable del ser que habita en nosotros.
Sólo ahí donde la Naturaleza se manifiesta voluptuosa, árida, salvaje, extraña o artística, es donde la creatividad busca su asentamiento en forma de ideas, arte, poesía o misticismo. Vamos a necesitar mucha paciencia para que la mayoría lo entienda. Pasarán muchos decenios, tal vez siglos, quien sabe, si llegamos a conseguirlo. Si tenemos suerte. Si por una remota casualidad, de entre la muchas que se esconde el azar, un día nos paramos sorprendidos y damos un paso atrás. Y aunque parezca mentira, he hablado de política. - AllendeAran
Esta entrada está inspirada en el libro de Rüdiger Safranski "Martin Heidegger y su Tiempo. Un maestro de Alemania". Editorial Tusquest Colección Fábula. 543 pp.

«Braig critica en la civilización moderna la falta de veneración por el misterio inagotable de una realidad que nos envuelve y de la que formamos parte. Cuando el hombre presuntuosamente se coloca en el punto central, al final sólo le queda una relación pragmática con la verdad. Pasa a ser "verdadero" lo útil para nosotros o aquello con lo que conseguimos un éxito práctico.»  Safranski on Carl Braig

«El punto de vista del ideal no puede fundar su gloria en que conoce la verdad sino en que forma valores y con ello transfigura la realidad. [...] De igual manera el hombre pasa por la puerta de la verdad, la cual, sin embargo , ya no es lo que era; ella ha perdido su venerable pasión. Se trata de intereses prácticos y ya no de una aspiración a la certeza, que es una actitud espiritual en la cual de incógnito hay todavía mucho de religioso.» Safranski

 «Los científicos no suelen ser conscientes de cuántos préstamos metafísicos utilizan cuando atribuyen el valor de verdad a sus proposiciones.» Safranski
 «Podría suceder que la naturaleza escondiera precisamente su esencia en la cara que presenta al apoderamiento técnico a través del hombre.» Martin Heidegger

«Nuestros conocimientos no se hacen más "verdaderos" por el hecho de que conduzcan a habilidades técnicas; sucede, más bien, que la naturaleza da respuestas diferentes según la manera de plantearle nuestras preguntas. [...] Se cierne sobre nosotros la expectativa de que la naturaleza podría contestar distintamente si la interrogáramos de otro modo.» Safranski .

«El rasgo fundamental de la civilización técnica no es la explotación del hombre por el hombre, sino la explotación gigantesca de la tierra. El industrialismo rastrea la materia energética acumulada en la naturaleza a lo largo de la historia, la consume y con ello padece el destino de la entropía.» Safranski on Georg Jünger


«No dejamos que la naturaleza brote a la luz, sino que la provocamos y la retamos a que se "anuncie de algún modo constatable por medios calculables y permanezca como un sistema de informaciones que nosotros podemos encargar." [...] Esa manera de buscar, ¿Acaso no echa a perder la "experiencia inmediata?".» Safranski - Heidegger

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viernes, 5 de septiembre de 2014

«Saber algo bien a fondo implica una profunda sensación de ignorancia.»
JOHN RUSKIN
(1819 - 1900)


Algunas personas quedan marcadas por lo que experimentan desde pequeños. Una vez que la belleza se les presenta de frente le prestan una devoción incondicional de por vida. Quieren seguir maravillados. Dejan los ojos abiertos como platos. Y no cambian, siguen siendo niños hasta la vejez, prestando su atención y curiosidad, búsqueda y reflexión a cuanto pueda asombrarles. Explicar qué es eso que nos conmueve puede resultar harto difícil, dado que la sensación es intransferible y hay que revestirla entonces de pintura, música o palabras. No es lo mismo, pero puede que incluso quede mejor el resultado que la realidad pura, en todo caso, en ambos el misterio permanece oculto, eso es quizá lo que mejor nos deleita, el misterio, y no porque éste sea algo oscuro, sino porque nos deja intuir que detrás se esconde la verdad que de veras deseamos. Es un más allá incognoscible, pero perfecto, pacífico, purificador, placentero, inmaculado, libre....
John Ruskin es otro de esos personajes que le fue fiel a la belleza, estuviese plasmada en obras artísticas o fuera simplemente natural, sin procesar. Se le dio mejor la pluma que el pincel y escribió y escribió hasta completar cantidad de libros. Esteta tenaz, admiró a los pintores modernos de su época, (dudo que lo hiciera con la nuestra) como William Turner y los Pre-Rafaelistas. Sobre arquitectura festejó las virtudes del Gótico y la Edad Media. En sociología y política criticó con fuerza el embrutecimiento laboral. En temas de ética y religión se mostró quizás un poco recalcitrante, conservador en ocasiones, muy disciplinado, pero bondadoso al fin y al cabo. Por algo se le consideró un socialista cristiano. Respecto a la Naturaleza la reverenció como un iluminado, atento a sus variadas formas, fervoroso a las montañas y toda su parafernalia paisajista. Su estilo literario recuerda al de Emerson, Thoreau. Lujoso en detalles pero ameno. A la edad de 59 años comenzó a sufrir graves trastornos mentales. Murió a los 81 años. Así de feo se las gasta la vida al final de nuestros días.
De entre lo que hay traducido al español he conseguido de momento una pequeña antología de Celso García, difícil de encontrar, una edición madrileña de 1933. Hojas secas y enrojecidas pero con un suculento número de párrafos dedicados a la Naturaleza y algunos más a la virtud y la crítica social. Hay preciosos pasajes descriptivos y afiladas opiniones sobre los dañinos efectos de la revolución industrial en el hombre y su entorno. También a ratos denota en algunos apuntes una obediencia a Dios sospechosa de no simpatizar mucho con la libertad. Seguramente por la pesada educación religiosa que tuvo desde su infancia. Sea como fuere su espíritu es ejemplar para quienes estén en disposición de acentuar la sensibilidad, manteniendo los ojos bien abiertos, como platos, a cuanto diariamente nos regala Dios, (como él diría).

«Reformemos nuestras escuelas y poca necesidad tendremos de  reformar nuestras prisiones.»
«Este universo es insondable, inconcebible en su todo, por lo tanto cada persona debe descifrar cuidadosamente y contemplar con detenimiento la parte de él que le sea posible abarcar.»
«Durante el calor de estío, en un pequeño jardín triangular, contemplado los variados rizos del agua y escuchando el suave murmullo del río a través del oloroso escaramujo del seto y viendo en los lejanos bosques destacarse el rebaño de ovejas que brillaban acariciadas por la luz del sol poniente.»

«El sol es una delicia, la lluvia es refrescante, el viento nos abraza, la nieve es vivificante. No hay tal cosa como el mal tiempo, sólo diferentes tipos de buen tiempo.»
 «Todos testifica que para sus habitantes el mundo es trabajo y vanidad; que para ellos ni las flores se abren ni los pájaros cantan, ni las fuentes resplandecen; y que sus almas apenas se diferencian de las grises nubes, que rodean las colinas y sobre ellas mueren, más que en no tener sus pliegues iluminados por los rayos del sol.»

«...hasta el final de los tiempos las claras aguas de los perennes manantiales y la multitud de blancos lirios que alfombran los campos y la estabilidad de los brillantes picos, cuyas cimas se esconden en el azul del cielo, serán los modelos y recibirán las bendiciones de los que han escogido la luz.»
«No es el trabajo lo que está dividido, sino el hombre; dividido en meros segmentos de hombre, triturado en fragmentos y en migajas de vida.»

«Y creo que cualquier hombre de equilibrada razón no debe regocijarse tanto con el conocimiento perfecto de una cosa cuanto en sentir que hay infinitas cosas más que no le es dado conocer.»
«Tan pronto como alguien procura ver todo lo que le sea posible en alguna cosa termina por llegar al punto donde comienza una noble oscuridad. Los que así proceden ven más que los otros; pero la consecuencia de ver es encontrarse con que no lo pueden ver todo.»

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