miércoles, 11 de enero de 2012

Caspar David Friedrich

Del romántico pintor alemán se dice que era un solitario, de una extraordinaria sensibilidad que disimulaba bajo una apariencia ruda y brutal. Sufría graves crisis de depresión nerviosa que fueron minando lentamente su salud mental. Viajó toda su vida entre Dresde, las desoladas montañas del Riesengebirge y las costas del Báltico, donde buscaba el espectáculo de la naturaleza..



"Suaves colinas obstaculizan una visión más lejana; semejantes a los deseos y a la voluntad de los niños.  Zarzas en flor, hierbas medicinales, olorosas flores rodean al claro y apacible riachuelo, donde se refleja el inmaculado azul del cielo sin nubes, como la mangifica imagen de la divinidad en el alma de lo niños."

 
"Por primera vez hoy, esta región, otra veces tan espléndida, me recuerda la finitud y la muerte, ella, la que antaño me dirigía la sonrisa de la alegría y de la vida. El cielo está apagado y cargado de tormenta y, por vez primera hoy, arrojó su manto de invierno monocorde sobre estas hermosas montañas y estos hermosos campos abigarrados. La Naturaleza está como muerta ante mí. "
 
"Dios está en todas partes, en el más pequeño grano de arena; quise representarlo un día también en el cañizal."
Fragmentos de su Diario. Traducción de Antoni Marí para el libro "El entusiasmo y la quietud" Antología del Romanticismo Alemán. Tusquets Marginales Editorial.
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