domingo, 14 de diciembre de 2014

«Tanto argumento al servicio del futuro ha hecho que pasemos de largo el prodigio de saber que estamos vivos de verdad, ahora, y no como especulación del pensamiento al servicio del mañana.»  -AllendeAran

NUBES, ÁRBOLES Y PLANTAS
HUIR DE LA CIUDAD

Aunque ya lo he comentado con anterioridad, quiero esta vez profundizar un poco más en un tema que para la mayoría pasa desapercibido por culpa de  las ciudades en las que vivimos que, sobrecargadas éstas de cemento y lineas rectas, impiden que la vista encuentre la variedad de formas, (amorfas) que la naturaleza exhibe como peculiaridad esencial y perpetua de su conducta, de su presentarse frente a nuestros sentidos.
Fíjate bien. Si vives en una ciudad, o en tu misma casa, es casi seguro que mires para donde mires la forma cúbica, el cuadrado, está ahí presente. Empezando por la pantalla de tu procesador, la televisión, los libros, un folio, una mesa, los armarios, las alfombras, las ventanas, las puertas, la habitación en sí es un cubo, donde evidentemente para que las cosas encajen están diseñadas de forma cuadrada o rectangular. Pensar de otra forma para acomodar mejor las demandas de nuestro cuerpo parece casi imposible, o cuanto menos engorroso. Pero yo tengo mis dudas.
Sal a la calle. Más de lo mismo. Desde los coches, a las baldosas que pisamos, la gran cantidad de edificios y sus ventanas, las escaleras, los muros,... Todo encierra una logística que queda constreñida, agotada en su propia eficacia. Las cosas están construidas para cumplir un propósito. A partir de ahí nada más cabe. De las cosas que nos rodean por todas partes, por su utilidad, quedan definidas y a la vez rematadas ¿Y que significa todo esto? El espíritu, que urge respirar de libertad en todo momento, que requiere una emancipación libre de etiquetas, normas y fronteras, no encuentra su espacio en lugares donde todo está delimitado por cosas cuya finalidad está previamente determinada. El espíritu buscará su verdadera emancipación justo ahí donde nada está dicho y todo está por definir.
Es importante que se pueda respirar un ambiente que dé cabida, que abra un espacio más allá de donde estamos. Un espacio que como el mismo horizonte dé la opción de continuidad, de un poder moverse hacia lo lejos. Sólo la naturaleza nos da esa opción gracias a su irrumpir independiente de nuestro interés. Su carácter inesperado, sus formas irregulares apartadas de nuestro método legible de querer explicarlo todo, nos levita del suelo. Se trata pues de aligerar el peso de la responsabilidad, de la constante codicia de tener y sentir que la razón propone sin miramientos. Tanto argumento al servicio del futuro ha hecho que pasemos de largo el prodigio de saber que estamos vivos de verdad, ahora, y no como especulación del pensamiento al servicio del mañana. No somos un sueño, somos una realidad. Por eso la mejor meditación que podemos realizar para liberar de tanto cargo a la conciencia es pasear y contemplar atentamente los caprichos de la naturaleza, saber deleitarnos en sus formas inusitadas e indefinidas, improvisaciones que el azar lanza contra la trama intelectual que examina infatigablemente el orden, causas y motivos por y para uno mismo.
Dado que las ciudades presentan una gran desventaja para poner en práctica esta meditación, lo poco que nos queda son los parques, algunos árboles dispersos, (muchos de ellos raquíticos), las plantas (acorraladas en macetas) y la nubes, (que de vez en cuando se asoman por algún claro abierto entre los bloques de casas). Aunque sea sólo por un instante, la mera contemplación de esas formas sinuosas y quebradas, nos relajan y amainan la turbulencia mental que sufrimos. Para ello hay que saber dejarse llevar, acostumbrar a valorar la libertad que la naturaleza materializa en sus formas desiguales, en sus colores y aromas. Así, poco a poco aprenderemos a gozar no sólo de la belleza sensual que a diario descubrimos en el rostro de algunas personas cuando paseamos, sino también de la naturaleza, que posee ella un encanto más inocente, puro y libre.



«El espíritu buscará su verdadera emancipación justo ahí donde nada está dicho y todo está por definir.»  - AllendeAran


_______________________________