viernes, 22 de agosto de 2014

Es cierto que suelo retratar al ser humano de forma vulnerable, y lo hago así porque somos muy pequeños e inferiores frente a la naturaleza. También es una forma de decir que tenemos que respetar la naturaleza, apreciar su belleza y proteger su bienestar.
Hengki Koentjoro
Pues ya lo veis, este indonesio nacido en Semarang, Java Central en 1963, parece disfrutar de la naturaleza como pocos. A mí me da envidia. Llegar a esto tal vez implique a la santa paciencia, al cansancio y a soportar temperaturas desapacibles pero tanta belleza recompensa. Hengki empezó a sacar fotos desde que a los 15 años le regalaron una Kodak de bolsillo. Llama la atención que prefiera el blanco y negro al color tratándose de paisajes pero fijad bien la mirada en sus fotos y sentiréis que en la mayoría el espacio y la quietud es lo que domina, lo que en blanco y negro es más fácil de transmitir. La verdadera paz mental, la felicidad, podría definirse con una de sus imágenes. Apuesto a que elige las mañanas, cuando la niebla retiene la luz suave de un sol perezoso para así contrastar la oscura materia que le rodea, sean árboles, rocas o tierra. La luz a veces se despliega como la plata, brillante, henchida de esperanza. Hengki aprendió a bucear, para así también poder revelar a su modo los tesoros que esconde la profundidad del mar, lo cual añade más originalidad a su creatividad. Dice tener como referentes a Ansel Adams y Michael Kenna pero su ojo avizor es ya un referente crucial entre los genios de la fotografía.








Para más Hengki Koentjoro visitad su página en Flickr
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