viernes, 28 de febrero de 2014

"...y el que no se atreva a salir de la realidad
 nunca conquistará la verdad." 
Schiller
LA EDUCACIÓN ESTÉTICA 
DEL HOMBRE
Frederick Schiller

Resulta cuanto menos curioso que esta obra se redactara allá por 1793, justo cuando la revolución industrial empezara a levantar sombra sobre las sociedades europeas, alienando a los individuos en masa a favor del progreso, prometiendo bienestar pero recortando a la vez alicientes a los involucrados en aquella corriente tecnológica. Schiller ya se quejaba en estas cartas, las Kallias, cómo el materialismo iba ganando terreno al humanismo y del problema que eso supondría. Él ya fue testigo de otra revolución, la francesa, que de su idealismo inicial pasó al terrorismo más acerbo. Y, ay si Schiller levantara la cabeza y viese a donde nos ha encauzado ese progreso. El mucho confort y riqueza que hemos alcanzado pero a cambio de una apatía espiritual sin parangón en la historia.
No cabe duda que de la investigación científica y del desarrollo tecnológico hemos sacado buen partido para satisfacer nuestras necesidades vitales pero esto se ha conseguido a fuerza de subyugar el pensamiento a las exigencias del mundo material, (lo objetivo). Esto, desde luego, no enaltece en nada la esencia humana de las personas. Schiller observó que esta falta nos impulsaba a un servilismo infeliz si descuidábamos el mundo de las apariencias, donde la imaginación y la fantasía se recrean y devuelven al hombre su dimensión humana. 
La educación estética vendría así a instruir al ser humano a no perder camino en el transcurso de su vida. A preservar y cultivar sus dotes como ser vivo. A proyectar sus ilusiones y cumplir con sus deberes sociales. A entender y agradecer su existencia en este mundo. Para esto Schiller encontró una respuesta en una sola palabra, Belleza. Y no es propiedad única de poetas lunáticos, ni de ricos decadentes. Es algo mucho más serio. Tiene, de hecho, su sistema metafísico, y eso podrá convencer a unos más que a otros pero la Belleza es un consuelo del que hemos sacado provecho todos.
En el curso por el que Schiller llega a esa conclusión señala que hay dos aspectos distintos en el ser humano. Uno sensible y otro racional, uno que pertenece a las impresiones sensoriales y otro que acoge al pensamiento. A uno lo llama materia y al otro forma. Ambos son imprescindibles para llegar al estado estético, si bien son en cierta manera incompatibles. Pero si sólo dependiéramos de uno, seriamos presa de  emociones al antojo de la naturaleza, por un lado, o esclavos del mundo objetivo que representa la realidad material, por el otro. Si ambos están bien equilibrados en la disposición del ser, se llega al estado ideal que define y respeta el humanismo y que viene simbolizado por la apariencia (lo subjetivo) donde sólo cabe la Belleza. Mantener el equilibrio entre ambos es difícil, siempre uno vence más al otro, pero cuanto más cerca estemos de la igualdad más cerca estaremos del ideal.
La Belleza, no obstante, es un fin en sí mismo. No tiene mayor alcance que el momento y lugar donde se representa, pero es vida en su máximo esplendor. Es ante todo libertad o liberación de la existencia objetiva. Huye de las leyes, de la definición intelectual y la fórmula. Sólo la sensibilidad sabe apreciarla. Sería entonces gracias a la cultura, y principalmente del arte, la mejor manera de amplificar la sensibilidad de los individuos. Esto no se puede esperar del Estado sino al contrario, es trabajo individual formarse a través de la estética para lograr edificar un mejor Estado, para que sea más propenso a la libertad y la convivencia, la honestidad y el entendimiento.
La praxis ejemplar en este método revelado sería la de mantener una actitud abierta a la Belleza en todo cuanto hagamos. Una casa no sólo debe estar bien construida para dar buen cobijo y confort a sus habitantes sino también manifestar deleite artístico, atractivo en sus formas, gusto, libertad.  Schiller admiraba la civilización griega porque en ella vio esa tendencia a reflejar el ideal en las costumbres artísticas y sociales.
De igual manera, Schiller también se expresó con elegancia al escribir estas cartas. Con razón decía "cuando escribo poesía filosofo y cuando escribo filosofía poetizo". La Educación Estética del Hombre es un libro colmado de nuevas ideas para quien, (como el hombre moderno) se haya alejado demasiado del romanticismo. He seleccionado un mínimo de la cantidad de axiomas que he subrayado al leer esta obra. Los cuadros revelan el esplendor de una arquitectura perdida en la historia, cuyas ruinas en medio de esa Naturaleza libre realzan esa Belleza tan apreciada del romanticismo.
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"En la época presente domina empero esa exigencia material y doblega bajo la tiranía de su yugo a la humanidad envilecida: El provecho es el ídolo máximo de nuestro tiempos; todas las potencias lo adoran, todos los talentos lo acatan. En esta balanza rastrera, poco pesa el mérito espiritual del arte, el cual, privado de alientos, huye del ruidoso mercado del siglo. Hasta el espíritu filosófico de investigación arrebata a la imaginación una provincia tras otras, y las fronteras del arte se van estrechando a compás del crecimiento de las ciencias." - Friedrich Schiller

"La razón, es cierto, exige la unidad; pero la Naturaleza quiere multiplicidad, y ambas legislaciones gravitan sobre el hombre. [...] Para extender el reino invisible de la moralidad no es preciso entenebrecer al mundo de la apariencia. [...] Totalidad de carácter ha de tener el pueblo digno y capaz de trocar el Estado de la necesidad por el Estado de la libertad."  - Friedrich Schiller


"Unas veces es el fuego de la imaginación el que consume los tiernos brotes del intelecto; otras veces es el pensar abstracto el que apaga la hoguera en donde hubiera podido calentarse el corazón y encenderse la fantasía."  - Friedrich Schiller

"El Estado, tal y como está hoy constituido, ha sido el causante del mal; y el Estado, tal como la razón lo propone en la idea, lejos de poder fundar esa humanidad mejor, necesita fundarse en ella. [...] Educar la facultad sensible es, por lo tanto, la más urgente necesidad de nuestro tiempo, no sólo porque es un medio de hacer eficaces en la vida los progresos del saber, sino porque contribuye a la mejora del conocimiento mismo"  - Friedrich Schiller

        

"Afirma la permanencia en el cambio y somete la multiplicidad del mundo a la unidad del yo."  - Friedrich Schiller

"La belleza no produce en absoluto un resultado particular, ni para el entendimiento ni para la voluntad; no realiza ningún fin, ni intelectual ni moral; no nos descubre una verdad, no nos ayuda a cumplir un deber; y, en una palabra: es igualmente incapaz de afirmar el carácter y de iluminar el intelecto."  - Friedrich Schiller    

"La belleza, sin duda, es obra de la reflexión libre y con ella penetramos, desde luego, en el mundo de las ideas; pero -hay que advertirlo- sin abandonar por eso el mundo sensible, como sucede en el conocimiento de la verdad."    - Friedrich Schiller


"La belleza, no es anarquía, sino armonía de leyes; no es capricho, sino máxima necesidad interior; no consiste en la exclusión de ciertas realidades, sino en la inclusión absoluta de todas, y no es, por lo tanto, limitación, sino infinitud."  - Friedrich Schiller
      
"...la poca envidiable facultad de perder la posesión del presente en aras de un lejano anhelo, sin buscar empero en toda la inmensidad de esa lejanía otra cosa que el presente mismo."   - Friedrich Schiller

"Si la apariencia es falsa y finge hipócritamente ser real; si la apariencia es impura y necesita realidad para producir su efecto, entonces no es más que vil instrumento para fines materiales y no puede demostrar nada para la libertad del espíritu [...] Las realidad no puede agradar sino como idea".  - Friedrich Schiller



"Así, la Naturaleza, en el reino material, nos presenta ya como un preludio de lo ilimitado, y rompe aquí, en parte, las trabas, de que liberará por completo en el reino de la forma"    - Friedrich Schiller

"En medio del terrible reino de las fuerzas ciegas y en medio el sagrado reino de las leyes, edifica el instinto estético, sin que advierta, un tercer reino, un reino alegre de juego y de apariencia donde el hombre se despoja de los lazos que por doquiera le tienen sujeto y se libera de todo cuanto es coacción, tanto en lo físico como lo moral."  - Friedrich Schiller
    

"Si la necesidad obliga al hombre a vivir en sociedad; si la razón imprime en su alma principios sociales, sólo la belleza puede conceder al hombre un carácter sociable. El gusto es lo que introduce armonía en la sociedad, porque infunde armonía en el individuo [...] Sólo la belleza vierte sobre todo el mundo la felicidad, y todos los seres olvidan sus limitaciones mientras se hallan bajo el encanto de lo bello."   - Friedrich Schiller
   
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