viernes, 14 de noviembre de 2014

 «Las plantas presentan sus formas variadas a la percepción de los sentidos y mediante ellas se configura hermosamente la forma visible de este mundo; es como si puesto que ellas, según parece, no pueden conocer, quisieran al menos se conocidas»    -San Agustín


VOLUNTAD, SEXO, ARTE, NATURALEZA Y CONCIENCIA MEJOR EN SCHOPENHAUER
Si hay un término tan cargado de significado en el entorno filosófico ese es, con toda probabilidad, la palabra Voluntad, esa con la que Arthur Schopenhauer quiso exponer su visión acerca de la esencia que mueve el mundo, el vivir, la cosa en “sí”, la misma existencia. Voluntad es un querer ir más allá de donde se está, es, se quiera o no, por activa o por pasiva, acción. Explica el mundo fenomenológico, es incluso, se diría, lo que antecede al mismo irrumpir del ente, el punto cero antes de que estallará el Big Bang, su causa. Pero todavía cabe más, porque los seres humanos se caracterizan por estar constituidos de una conciencia que les permite examinar esa Voluntad, saberse esclavizados por un querer insaciable, que encima, rara vez cumple con las expectativas, y de cumplir, es para seguir deseando más. Peor aún, no parece haber forma de poder desembarazarse de las tentaciones que cautivan al deseo. La Voluntad es nuestra sombra interior, haga sol, haga nublado.

Tiene además esa Voluntad un referente al que subyuga, el Ego, culpable en parte de nuestro individualismo, un Yo persuadido por la codicia y la vanidad, el orgullo y la ingratitud. El Yo juega con nosotros, quiere imperar, dominar, sobresalir, ser para sí. Y ojo con sus reglas, porque si de veras le sigues el juego, cualquier contrariedad mal versada, te hará daño. Esto se da sobretodo (Schopenhauer lo sabía) en el comercio de nuestros cuerpos por el sexo. La arrebatadora seducción del amor carnal. Porque lo paradójico de este problema es que el Yo, la conciencia y su estructura logística, lo que busca es la evasión, ser otra cosa, desaparecer, y que mejor para ello que el placer de los sentidos, precisamente donde la misma Voluntad se asienta como reina del imperio corporal. Hay que vivir, hay que seguir reproduciendo, cumplir con el existencialismo. El sexo tan pronto ofusca a esa Voluntad, haciéndonos sentir de maravilla al intercambiar nuestro Yo por otro, como luego, tras el orgasmo, regresa con mayor énfasis en forma de tristeza, soledad, frío. Vuelta a empezar.

¿Pero hay alguna forma de poder respirar aire fresco fuera de este agobio existencial? Schopenhauer se decantó más del lado negativo de la vida para salvaguardar su original descubrimiento, aunque éste fuese tan amargo de digerir. Dejó bien claro la esclavitud a la que nos somete la Voluntad pero se encontró con que sí hay, por momentos, aunque sea igual de breve que un salto en el aire, una salida bien avenida. A eso lo llamó “la conciencia mejor”, y eso acontecía en la experiencia estética, la que nos ofrece principalmente el Arte, y a la vez, la actitud que mejor desobedece las órdenes de la Voluntad: la pura Contemplación. El Arte fue para él, el enclave más preciso para experimentar este prodigio. Cuanto más desinteresados estemos del Yo mejor que mejor, y a ello nos ayuda la creación artística, así como su apreciación. El embeleso contemplativo sería lo más cercano a esa “conciencia mejor”, a ese estado en el que dejamos de pensar en nosotros mismos. Inconscientes de nuestro Yo, somos parte de lo exterior que nos circunda, nos vemos abducidos por el mundo que se nos presenta como mera representación. Por supuesto, todo esto no es más que pura filosofía oriental, budista, de la que Schopenhauer estuvo bien anegado. 
Pero, lo que no llego a entender es por qué Schopenhauer no vio en la Naturaleza el marco idóneo para alcanzar la “conciencia mejor”. Dado que nos legó unos escritos de su juventud festejando algunas excursiones de montaña, en las que mostró una atención contemplativa a los elementos salvajes que se aglutinan por las alturas, ¿por qué no quiso tomar nota analítica de esta ventajosa experiencia? ¿Por qué se centró tanto en el pesimismo? Tal vez temió verse imbuido por un idealismo romántico ya sobradamente asumido y que eso le restara originalidad a su forma de entender el drama de la vida. Sea como fuere, su propuesta no dejó de contradecirse con sus hechos personales. Fue él quien mejor dio ejemplo de lo difícil que resulta desobedecer a la Voluntad; de evitar las tentaciones que cizañan al deseo; de desatender las exigencias del Ego. La naturaleza estaba ahí, en aquella época, bien expuesta, abierta igual que la cola de un pavo real, como representación virginal, aún limpia, dispuesta a que tanto poetas como exploradores y científicos tomaran partido de Ella libremente, pero él prefirió ver su lado material, el instinto de supervivencia, el dolor de la cosa en "sí". Es una pena, pero bien mirado, sí que es verdad que vivir conlleva un grado elevado de sufrimiento y frustración. Eso es innegable, y alguno tuvo que decirlo.   -AllendeAran
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«Este espectáculo, la visión de las descomunales masas de hielo, las descargas atronadoras, los cursos de agua estrepitosos, las rocas que le rodean con sus cataratas, las cimas flotantes allá arriba y los picos nevados, todo lleva el sello de algo indescriptiblemente maravilloso. Se percibe el carácter descomunal de la naturaleza, que aquí, desbordando todos los límites, pierde su cotidianidad: uno cree estar próximo a Ella.» -Schopenhauer 

«Un optimista me aconseja abrir los ojos y ver lo hermoso que es el mundo: montañas, plantas, aire, animales, etc. Todas estas cosas son sin duda bonitas para ver, pero ser estas cosas es un asunto por completo diferente»    -Schopenhauer

 «La filosofía ha ensayado soluciones inútilmente durante tanto tiempo porque buscaba por el sendero de la ciencia en vez de buscar por el camino del arte.»  -Schopenhauer
«Conocer la cosa en sí es una expresión contradictoria, porque todo conocimiento es representación. Y cosa en sí significa precisamente la cosa en cuanto no es representación. No hay sujeto sin objetos, ni objetos sin sujeto.»  -Schopenhauer

«Ninguno puede conservar su existencia sino mediante la supresión de una existencia ajena; de modo que la voluntad de vivir se devora universalmente a sí misma y es su propio alimento bajo diversas formas; el ser humano, por fin, puesto que se sobrepone a todo lo demás, considera a la naturaleza un producto para su propio uso.» -Schopenhauer

«La verdadera esencia del hombre es la voluntad: la representación es algo secundario, adventicio, exterior en cierto modo. Pero a pesar de ello, el hombre alcanza su salvación sólo cuando la voluntad desaparece de la conciencia y permanece únicamente la representación. Debe ser suprimido lo esencial y debe permanecer su exteriorización, lo que es añadidura. Esto da mucho que pensar.»   -Schopenhauer.

 
Esta entrada está basada en el libro "Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía" de Rüdiger Safranski. Editorial Tusquets, 495 pp.
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viernes, 7 de noviembre de 2014

LEUNGANA Y MUGARRA

El pasado domingo un par de amigos me invitaron al monte y eligieron el Mugarra (969m), todo un peñasco de roca calcárea perteneciente al municipio de Durango, a la sierra de Aramotz. Partimos desde el pueblo de Mañaria sobre las 9:30. El día despertó nublado, con aire turbio y viento ligero a ratos. Lo más ideal para tomar unas fotos, irónicamente hablando. A medida que avanzamos hacia a lo alto nos empezó a llover de manera intermitente pero suave. El Mugarra se impone como un peñasco enorme por donde los buitres revolotean  y habitan en sus agujeros horadados en las pareces rocosas. La subida hacia la base del peñasco es tranquila pero el último tramo, cuando se le va a coronar, dando un rodeo hacia la derecha, se hace escalonado, con múltiples rocas kársticas y hojarasca resbaladiza. El suelo, ese día, estaba muy humedecido, con lo que hubo que prestar especial atención por donde se pisaba. No era fácil hallar buen hueco para posar con firmeza los pies y seguir avanzando, pero poco a poco y con paciencia se consigue. Una vez en la cumbre, las vistas, como siempre, tan extendidas por el espacio abierto se agradecen como un regalo, si bien esta vez algunas nubes nos impedían ver con transparencia los montes lejanos y parte del horizonte en derredor. También, durante un instante, una nube nos visitó dejando caer unas cuantas gotas gordas de agua sobre nuestras cabezas. Al poco se disipó y decidimos descender. De nuevo hubo que prestar cuidado al pisar y más aún porque al bajar la misma inclinación del monte te empuja hacia delante complicando más el avance que al subir.
Una vez llegados al collado que separa el Mugarra del Leungana (1008m) mis amigos me animaron a subir éste otro monte ya que había tiempo de sobra. Me sentía algo cansado pero bueno, cómo me iba a negar. Además, me fijé en el camino de entrada hacia el monte que había una vereda colmada de arbustos entre grandes piedras y aquello había que verlo de cerca. Efectivamente, la subida al Leungana fue bastante más atractiva. El suelo estaba alfombrado de roja hojarasca otoñal y muchas piedras grises surgían de la tierra igual que lapidas en un cementerio. Los árboles viejos estaban moteados de musgo y muchas de sus ramas enmarañadas rajaban el cielo pálido en contraste. Confieso que adoro este tipo de terreno ondulante, abandonado a los castigos del clima y otras fuerzas ocultas que esculpen su forma extravagante. Es lo que busco. Sentirme rodeado, anegado en un paisaje extraño, algo salvaje. Es esa forma virginal, ese misterio siempre escondido que no acertamos a identificar, pero que gusta. Una vez arriba tomamos un bocado contemplando la panorámica habitual de las cumbres. El tiempo empezó a mejorar. Trozos amplios de cielo azul se abrieron. Así que tuve algo de más suerte para sacar mis fotografías. Tras comer un bocado en la cumbre decidimos volver.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando llegamos al pueblo. Tenia las piernas endurecidas, como si fueran a reventar, un tanto dolidas y anticipando unas buenas agujetas para el día siguiente. Pero contento de la excursión y deseando repetirla algún otro día, ésta misma y otras que puedan surgir. Y confieso, a posteriori, que las agujetas han sido bastante más leves de lo que esperaba.










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martes, 4 de noviembre de 2014

"La verdad es una tierra sin senderos"  -Krishnamurti


-¿Pero a dónde vas? Tampoco es para que te lo tomes tan así. 
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viernes, 31 de octubre de 2014

«El arquitecto del futuro se basará en la imitación de la naturaleza, porque es la forma más racional, duradera y económica de todos los métodos.»  -Antonio Gaudí
EL MODERNISMO
L'ART NOUVEAU

LA CURVA DIVINA

Ahora que el progreso tecnológico nos has regalado una vida bien funcional y acomodada; ahora que disponemos de unas facilidades, antes inimaginables, con las que eludir muchos de los infortunios con los que la naturaleza nos laceraba; ahora que hemos sabido acortar distancias y dilatar el tiempo a nuestro antojo; ahora que vivimos más años; ahora que realmente podríamos...; ahora resulta que, paradójicamente, nos sentimos perplejos, confundidos, completamente desconcertados ante un destino que parece estrecharse a medida que avanzamos. Estamos siendo esclavizados precisamente de eso que creíamos haber dominado. El ansia del más nos llena de impacienta y nos precipita hacia un vertiginoso abismo en el que si caemos ya no quedará más historia por hacer.
La misma imagen de las ciudades que nos aglutinan en masas es un  espejo limpio de nuestras faltas y errores. Bastaría con tener un  poco de gusto para darse cuenta, pero por desgracia, a medida que el progreso tecnológico nos ha seducido con su confort tanto más daño le hemos hecho a la sensibilidad, principal promotor del buen gusto. Y quien habla de las ciudades habla de su arquitectura. La última vez, según creo entender, que se le prestó una atención extraordinaria a la naturaleza, para plasmar en el arte sus infinitas sugerencias fue el movimiento Modernista (Art Nouveau para los franceses, o Judgenstil para los alemanes). Fue a finales del siglo XIX y principios de XX que unos cuantos arquitectos, diseñadores, ebanistas y pintores de varios países europeos consiguieron recrear aspectos figurativos de la naturaleza en sus obras artísticas. No les faltó imaginación y sus ideas encajaron con gran acierto en eso que la fantasía demanda, a saber: Entrar en un mundo nuevo.
La gran protagonista del aquel movimiento artístico fue la curva. Elegante y ligera; esbelta y lánguida; rizada y entrelazada hasta el enredo. Líneas engalanadas de motivos florales para un mayor colorido… Esa línea curva ideal la poseen las caracolas, las conchas marinas. Las alas de las mariposas o las libélulas. La forma de las setas o los crustáceos. Y, por supuesto, la mujer, su feminidad más evidente en la grácil figura de su cuerpo sensual y sinuoso. Un arte seductor que se popularizó rápidamente y que se propagó por gran parte de Europa. 
Para no entorpecer esta lectura no es necesario citar a ningún artista. Fueron unos cuantos, y todos ellos coincidieron en trazar esa línea curva que busca en el espacio otras líneas con las que formar aspectos que hablan de una naturaleza libre en sus manifestaciones, en su libre devenir. Nos han quedado así, para recuerdo y deleite, edificios, grafías, ilustraciones, cuadros, diseño de interiores, muebles, joyas… Todo un mundo onírico y de fábula que parecía más apropiado para un cuento de hadas que no para una realidad que sólo sabe hablar a sus ciudadanos de lo fáctico, de eso que acaba siendo barato, y en consecuencia vulgar.
El arte busca la evasión, estimular el espíritu y el Modernismo fue un arte voluptuoso, por lo tanto, eficaz. ¿Qué pasó luego? Tal vez lo dulce acabe empalagando pero lo que sí es cierto es que la historia que vino después nos ha deparado algunas sorpresas amargas. Con la primera posguerra mundial y sus tragedias pertinentes la curva se tensó y surgió de ahí el Art Déco. No estaba mal. Aunque poco, todavía quedaban restos del Modernismo. Con la segunda posguerra mundial, la necesidad relegó al olvido la fantasía. Tras la catástrofe destructiva de las guerras, la necesidad urgía y se optó por lo asequible. Lo más práctico fue acabar con las volutas de todo tipo, nada de ornamentos, y así se impuso el cubismo, para después culminar en ese movimiento de interiores tan álgido y aséptico, el minimalismo.
¿Y que vendrá luego? Difícil saberlo. Pero algo se puede entrever. Si mantenemos a la naturaleza desterrada de nuestra realidad el único material que nos quedará será el prefabricado por nosotros mismos. Si nos atenemos únicamente a esto, como ya está sucediendo en las grandes ciudades, el resultado será un arte adulterado, insulso, apagado, artificioso y estéril, porque de la realidad utilitaria no puede surgir un arte auténtico, ese que va proyectado al espíritu. La naturaleza siempre tiene un componente a su favor que no podemos pasar por alto, su Azar. Algo fuera de nuestra jurisdicción, pero muy valioso. De ahí se pueden extraer tantas ideas como se quiera, tantas, diría, como estrellas proliferan en el universo. -AllendeAran
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viernes, 17 de octubre de 2014

«Una singularidad es algo sumamente grotesco: un punto en el que el espacio y el tiempo se curvan sobre sí mismos, donde el pasado resulta indistinguible del futuro y en el que fallan todas las leyes de la física. Es decir, un universo si reglas ni orden de ningún tipo. En principio, a partir de tales condiciones podría haber surgido cualquier realidad lógicamente posible.» Investigación y Ciencia, Octubre 2014.

 

TOPOLOGÍA Y GEOMETRÍA
DEL ESPACIO Y LOS
 AGUJEROS NEGROS
Muchas veces hemos visto ilustraciones de cómo puede ser un agujero negro. Con diseñar una bola negra y cuatro explicaciones al respecto parecería bastante para entenderlo. Ir más allá parece desafiar las leyes de la imaginación. Pero se puede. Fíjate en una cuchara, ésta tiene dos caras, una cóncava y otra convexa. Una esfera es del todo convexa, sólo si la partimos en dos veríamos su lados cóncavos (contando que la esfera sea hueca), pero ahora intenta imaginar una esfera del todo cóncava. Difícil, ¿eh? Pues eso sería un agujero negro. Si ahora metiéramos un dedo hasta tocar el punto céntrico de ese agujero negro necesitaríamos un dedo cuasi infinito de largo hasta llegar al centro, la singularidad a la que se refieren los físicos, donde nadie sabe qué se cuece dentro. La masa colapsada en ese punto es tan brutal que su peso, tamaño y temperatura son inconcebibles. Posiblemente la singularidad que produce el agujero negro no sea mayor que el punto de esta «i» en medio de una catedral (su radio de acción), por poner un ejemplo.
Hay que entender que la gravedad se utiliza a veces como una fuerza de atracción pero desde Einstein, el concepto ha cambiado. Hasta ahora, no se ha descubierto ninguna partícula que conlleve la energía que atrae los cuerpos. El "gravitón", de momento, no se ha encontrado. Einstein entendió el espacio como una textura que puede modelarse y que de alguna forma los cuerpos masivos deforman. Imaginar esto en dos dimensiones es fácil, en tres la cosa se complica, sobre todo con los gráficos, que no hacen justicia a la verdad. Al combarse el espacio sobre sí mismo es como si éste se engullera, desaparece como continente y parece quedar un vacío. Tenemos que entender además que el espacio es a nosotros lo que el océano a los peces, que no es del todo vacío. Se sospecha que está inundado de energía y materia oscura.
La luz, cuya característica, (entre otras muchas) es la de comportarse como una onda y también como una partícula (fotónes), carece de masa cuando está en movimiento, o sea que no pesa, de ahí su imbatible velocidad, y es por eso que ha servido para entender la elasticidad del espacio, su forma. Nada navega por el cielo, ni siquiera la luz, en línea recta. Esto se comprobó en el famoso eclipse solar de 1919 que dio la celebridad mundial e histórica a Eisntein por su teoría de la relatividad. La luz que pasaba al ras de la luna se curvaba un poco. Se sabe que ante un agujero negro la luz cae, resbala, o toma el camino curvo que la fuerza gravitacional ejerce en el espacio, y sucede de tal manera que la luz queda desconectada de nuestra observación. Todo cuanto cabe en un agujero negro es algo que nos tiene perplejos. El espacio y el tiempo son algo enteramente distintos de como los concebimos en nuestro mundo.
Cada día hay más adeptos a creer en la idea de que el universo se creó de una singularidad como las que anidan en el centro de los agujeros negros. Esto supone para la imaginación un derroche de especulaciones y fantasía abrumantes. Pienso entonces que, igual que el negativo de una fotografía a color, la masa que palpamos de las cosas en sus tres dimensiones, junto con el tiempo, pueden darse igualmente a la inversa. Vivimos en un universo de cosas protuberantes, con relieve, porque el espacio así lo permite pero el universo de un agujero negro es invertido, su espacio es contrario a la inflación, sería un espacio en deflación. Puede que multiversos se inflen y desinflen en lugares espaciales que de momento nos están vedados conocer. Supongo que dentro de unos decenios muchas cuestiones como esta tendrán una respuesta, pero aún más seguro estoy de que otras preguntas igual de asombrosas aparecerán para que la imaginación no se detenga. Porque el enigma de la creación, lo que esconde y revela a nuestra ávida curiosidad continuará extendiendose infinitamente. - AllendeAran

"La luz no envejece. Cualquier fotón que emergió del big bang tiene la misma edad hoy que entonces. No hay un transcurrir del tiempo a la velocidad de la luz" - Brian Greene


"Por regla general un horizonte de sucesos corresponde a una superficie bidimensional. Sin embargo, dado que el universo que conocemos presenta tres dimensiones espaciales, un horizonte de sucesos que ocultase una singularidad asociada a la gran explosión debería tener tres dimensiones, no dos."... Cuando leí en el articulo de Investigación y Ciencia esto, saltó la alarma en mi cabeza. Algo que ya había pensado y no entendía ni entiendo todavía. ¿A qué juegan estos físicos? - AllendeAran

Olvídate de los agujeros de gusano. Estos son aplicables a un espacio bidimensional pero en nuestro mundo no tienen sentido. Tal vez sí sean funcionales para las matemáticas y la ciencia-ficción pero no te dejes engañar por estos juegos de la física. ¿Donde está la singularidad que ha combado este espacio? Que alguien me lo explique. Si está en el centro del embudo ¿por qué no comba también los laterales? - AllendeAran
Esta ilustración es valida unicamente para entender cómo un agujero negro comba el espacio bidimensional, esa membrana verde que ves, pero no esto no es así. Representarlo en tres dimensiones es imposible, pero uno puede imaginarlo. - AllendeAran
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viernes, 10 de octubre de 2014


BEYOND THE MISSOURI SKY
Pat Metheny & Charlie Haden



LA SOLEDAD AMIGA
En la incipiente primavera de 1997, estando yo en Londres, escribí en mi diario inglés. «Hoy he tenido dos momentos emotivos, uno cuando merodeando por la Megastore Virgin Records he visto el último disco que ha lanzado Pat Metheny. Me he puesto a escucharlo y... vaya, me estaban gustando los temas pero cuando ha sonado "The Moon is a Harsh Mistress" me ha tocado tan adentro que por instante creí que iba a llorar. Qué preciosidad. Me he contenido por vergüenza, claro. Abandoné el poste de audio decidido a comprarlo en cuanto tenga un poco de dinero. El segundo momento fue cuando después de haber tomado una cerveza en un pub, a última hora de la tarde, aburrido de estar solo, me fui a Tower Records, que cierran muy tarde y de causalidad encontré el disco de Metheny en otro poste de audio y pude así escuchar de nuevo el tema "The Moon is a Harsh Mistress"».
Así de insípida se nos muestra a veces la vida, que sólo un instante novel de música nos posa en tierra santa. Me queda el corazón, pensé. Conseguí el disco al de unas semanas y lo escuché y escuché durante aquella, recuerdo, primavera lluviosa y parte del verano, tendido en la cama mientras rumiaba un tonto amor no correspondido. Me sentía igual que un saco de patatas. Como arrojado al suelo, caído y pesado, sin ganas de nada. Pero ahí estaba la música de Pat con la guitarra y Charlie con el contrabajo creando atmósferas que sólo son comparables a la quietud del atardecer. Se trata de esa apacible serenidad que hallamos cuando el día se acaba y uno pierde las prisas. Nada que esperar pero todo en orden. No es que su música sea paisajista sino que comprende la esencia exacta de la soledad amiga que a veces sentimos, equiparable si acaso, como digo y repito, al contemplar la luz languideciendo por el cielo al caer la tarde. "Beyond The Missouri Sky" es un disco para escuchar en soledad. Ofrece consuelo y sosiego. Quien lo oye guarda en sus temas recuerdos personales, secretos del alma, cosas que no se le cuentan a nadie y que luego rememoramos gustosamente a solas, en la tristeza dulce de un día que hemos considerado baldío.


Para impacientes noveles en este estilo de música les recomiendo que empiecen por escuchar de este disco. Primero "Cinema Paradiso" luego "Spiritual", - "The Moon is a Harsh Mistress", - "The Moon Song", - "He's Gone Away", - "Cinema Pardiso (Main Theme)", - "First Song"..... y así hasta el final. Poco a poco.
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viernes, 3 de octubre de 2014


¿PARA QUÉ LA FILOSOFÍA?

No cabe duda que en la vida de cada persona hay momentos de intimidad y silencio donde uno se pregunta a qué viene todo esto. Desde el papel que uno interpreta en su vida, por qué soy así y no otro, hasta sentir la extrañeza de que las cosas existan. A santo de qué aparecieron cuando “supuestamente” antes no había nada. ¿Por qué hay un ahora, un antes y un después? Toda pregunta conlleva en si misma algo de filosofía porque busca una respuesta. Si no hay preguntas no hay búsqueda. Si no hay preguntas el presente, la vida, se muestra perfecta en su estado, pero por desgracia las circunstancias, siempre en constante mutación, rara vez se ajustan a nuestras demandas y necesidades. Somos entes difíciles.
El mundo se nos da como un hecho que varía al margen de nuestras intenciones pero también, como parte integrante que somos del mundo, tenemos fuerza para cambiar el curso de los acontecimientos, con peor o mayor éxito. Por eso, es de suma importancia estar seguro de qué queremos conseguir al cambiar las cosas, pero no es fácil, hay que pensarlo, tanto que estar del todo seguro de que nuestras intenciones son sanas y viables y serán consumadas felizmente, es prácticamente imposible. Hay demasiado en juego, un juego perpetuo en el que las partes que componen el todo cambian de puesto, se forman y deforman, aparecen y desaparecen. Nada es lo que era antes.

Así dictadas las reglas del juego, ¿cómo hacer qué? Quienes piensan acerca de esto, los filósofos, se han atrincherado en la duda pero de la duda se puede aprender mucho, quizá más que de la certeza. Porque tras mucho meditar y valorar el estado en como quedan las cosas tras nuestro manoseo, el científico sobretodo, parece lógico que adopten, ellos, lo filósofos, una postura más prudente, más inquisitoria para no caer en la trampa de los apodícticos defensores de la verdad, que la han confundido con la realidad de la materia, manipulada ésta por una razón interesada. Y así las cosas van dejando tras de sí un mundo desfigurado de humanismo, cuando no sembrado de basura, mal olor, ruido y en el peor de los casos cadáveres.

Entonces… ¿Cómo hacer qué? La postura del Tao, según Lao Tsé, sería la de hacer lo menos posible, no alterar el curso de las cosas que anidan en el mundo, su inestable fenomenología. Buda te diría que no te separes nunca del presente y no obedezcas a deseos individualistas. Jesucristo que hagas lo que hagas, siempre sea de corazón, y que eso estimule el amor de todos hacia todos. Kant, que tus acciones sean ejemplo a seguir porque cumplen con la justicia de todos. Los Místicos, que sepas interpretar el lenguaje de los símbolos escritos en la Naturaleza, que entiendas la necesidad de la Trascendencia, porque un más allá siempre es necesario para seguir avanzando y el Yo debe seguir siendo ilimitado. Los Estetas que sientas el arte al máximo y lo establezcas en tus propósitos diarios porque en la belleza es donde mejor se libera nuestro Yo de su existencialismo plomizo. Puedes también asociarte a la negatividad, al nihilismo, al rechazo..., qué se yo.
Todas y cada una de estas propuestas para la vida son validas, pero si ninguna te convence, si dudas, no importa, te acercas igualmente a la filosofía, porque ésta se nutre de la duda igual que las plantas del agua. Esto es en definitiva lo que hasta ahora hemos podido deducir después de muchos siglos de pensamiento. Pero seguro que todavía hay mucho más. Coopera en ese descubrimiento.
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Esta entrada está inspirada en el libro del filósofo Karl Jaspers "Way to Wisdom". Ed. Yale University Press 1954. 208 pp. No conozco traducción al castellano hasta el momento.
«Donde auténticamente soy yo mismo, estoy seguro de que no lo soy a través de mi mismo. La mayor libertad se experimente en libertad con el mundo, y esta libertad es un profundo vinculo con la trascendencia.» Karl Jaspers
«Dios como objeto funciona para nosotros solamente como una realidad a existir. Está situado en una dimensión enteramente distinta de lo empírico, objetos sensibles, susceptibles del conocimiento certero. […] Un Dios probado no sería Dios sino sencillamente una cosa más en el mundo. Dios para mí existe en un grado tal por el cual Yo, en libertad, soy auténticamente Yo. No existe como un medio científico, sino solamente como una apertura hacia la existencia. »  Karl Jaspers

«Para quienes encuentran amparo en lo categórico de las cosas y en teorías de conocimiento confinadas a los objetos, la remuneración para ellos es la del nihilismo.» Karl Jaspers
«Donde no caben más preguntas, no hay tampoco respuestas. En la conclusión filosófica de preguntas y respuestas llegamos al límite, o sea, a la parálisis del ser.»  Karl Jaspers

«Creer en Dios significa vivir por algo que no está en este mundo, excepto en el polivalente lenguaje de la fenomenología, lo que llamamos jeroglíficos o símbolos de la transcendencia.»  Karl Jaspers

«Ya que siempre cabe la posibilidad de que todo sea distinto más tarde. Aún con toda la lucidez dada podemos equivocarnos de camino. [..] La tutela de Dios no puede convertirse en posesión.»  Karl Jaspers
«El hombre debe procurar no convertirse en objeto de ninguna doctrina.»  Karl Jaspers

«Quien cree que lo entiende todo ya no está enfrascado en el pensamiento filosófico. Quien toma la ciencia inquisitiva como conocimiento del ser en sí mismo ha sucumbido a la superstición científica. Quien cesa de quedar atónito cesa de preguntar. A quien no le afecta el misterio deja de buscar.» Karl Jaspers
«Puesto que a la filosofía le atañe esencialmente el presente, tenemos sólo una realidad, y esta está aquí y ahora. Únicamente a través de la realidad presente tenemos acceso al cese del tiempo; únicamente conociendo el tiempo podemos alcanzar esa esfera donde todo tiempo se extingue.»  Karl Jaspers


«Las ciencias modernas han caído todas juntas en error, son testigos de las ruinosas consecuencias para el alma y la vida en general por culpa de su actitud racional. La filosofía no es una ciencia, y por esa mera razón su elemento es la auténtica verdad.»  Karl Jaspers
«Sea que diga que el objeto de la filosofía es el Todo, el Mundo, el Ser, una filosófica critica respondería que esas representaciones no denotan objetos»  Karl Jaspers

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